La demanda de transporte marítimo cae en picada al congelarse las líneas de crédito al comercio internacional Los puertos asiáticos, una de las principales arterias del transporte marítimo mundial, a través de la cual fluyen las cargas y mercancías en los momentos de auge, comienzan a paralizarse debido a que la crisis financiera está estrangulando la demanda.
El Baltic Dry Index (en el gráfico), índice de fletes del mercado de carga seca, se está revelando además como un eficaz termómetro de la evolución de la economía. Desde comienzos de septiembre se ha dividido por seis, alcanzando su mínimo de los últimos seis años, lo que ha hecho saltar todas las alarmas.
Ello es consecuencia directa de la paralización del comercio mundial como consecuencia de la paralización de las líneas de crédito al comercio internacional. Sin las cartas de crédito que garantizan el pago de la carga, los propietarios de las mercancías no consiguen financiar las operaciones de exportación.
Las acciones de algunas de las empresas navieras más importantes que transportan graneles sólidos como mineral de hierro, carbón o grano, destinados a transformarse en acero y otros productos manufacturados, han caído entre un 50 y un 70% en los últimos meses.
Los niveles de fletes ya están por debajo de los costes variables (aquellos en los que se incurre por el mero hecho de realizar el transporte: combustible más tarifas portuarias) por lo que numerosos buques están anclados en los puertos y se prevé su posible amarre. En esta situación se encuentran ya entre 30 y 40 graneleros capesize (±150.000 tpm) de una flotade unos 800 buques.
Ello es consecuencia directa de la paralización del comercio mundial como consecuencia de la paralización de las líneas de crédito al comercio internacional. Sin las cartas de crédito que garantizan el pago de la carga, los propietarios de las mercancías no consiguen financiar las operaciones de exportación.
Las acciones de algunas de las empresas navieras más importantes que transportan graneles sólidos como mineral de hierro, carbón o grano, destinados a transformarse en acero y otros productos manufacturados, han caído entre un 50 y un 70% en los últimos meses.
Los niveles de fletes ya están por debajo de los costes variables (aquellos en los que se incurre por el mero hecho de realizar el transporte: combustible más tarifas portuarias) por lo que numerosos buques están anclados en los puertos y se prevé su posible amarre. En esta situación se encuentran ya entre 30 y 40 graneleros capesize (±150.000 tpm) de una flotade unos 800 buques.
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