miércoles, 5 de noviembre de 2008

Comodities y su relacion con el dolar

Comentario J.P.S
A continuacion voy a publicar un articulo escrito por un amigo. Un amigo con el cual tenemos continuamente debates acerca de la realidad y del sistema actual. Como podran darse cuenta cuando terminen de leer el articulo, el esta metido inmersamente en el sistema actual y lo defiende a rajatabla.
Yo utilizo una metafora para las discusiones y debates que tengo con el,y creo que esto se traslada a todos los debates y discusiones politicas del sistema.
Imaginense una estructura de un edificio de 10 pisos. Tenemos la estructura, toda construida, pero casi todo el tiempo se discute acera de la estructura en el piso 8 u 10, que si tiene una rajadura o algun detalle por arreglar, PERO NUNCA DISCUTIMOS EL PROBLEMA DE LA ESTRUCTURA y ese problema es que en realidad el subsuelo esta por colapsar...este es el problema que estamos teniendo los ciudadanos en Argentina y creo que se podria trasladar al mundo.
NADIE CUESTIONA NADA!
TODOS ACEPTAMOS TODO LO QUE NOS IMPONEN SIN CUESTIONARLO..
La idea de publicar articulos escritos por el es ver la otra cara del pensamiento..


Cuando se les pregunta a los analistas económicos y financieros alrededor del mundo sobre cual será el comportamiento de las commodities (sobre todo del petroleo y los metales que dependen del crecimiento del PBI) en los próximos meses, su respuesta es casi unánime: BAJA TODO. Ante esta respuesta, surge la que sería la segunda pregunta obligada: HASTA CUANDO? y ahí es donde empieza el verdadero debate.
Para contestar el segundo interrogante, es necesario hacer un análisis mas profundo y ya no solo financiero o económico, sino también de carácter racional y psicológico sobre el comportamiento de las personas. Empezando por las razones puramente financieras, a medida que la crisis vaya mostrando cada vez más su verdadera cara y los problemas de liquidez se vayan acentuando en los países del sudeste asiático y europeos de la misma manera o aún peor que en EEUU, los cortes de tasas de interés de los bancos centrales no se harán esperar. Por lo que no sería erróneo pensar en que esta tendencia alcista del U$S todavía tiene bastante camino por recorrer, principalmente frente al Euro y el Yen. Aunque en los últimos tiempos se hayan tomado medidas acertadas, como las inyecciones de liquidez en los bancos, la compra de commercial pappers por parte de la FED y los currency swaps ofrecidos, todavía la incertidumbre sobre cuando se tocará fondo es muy grande. En tanto los bancos sigan mostrando balances con perdidas astronómicas, persista la restricción del crédito produciendo daños en la economía real y los consumidores se sientan inseguros sobre gastar el dinero que perciben en sus trabajos (suponiendo que aún tienen empleo) la rueda que permite la reactivación de la economía permanecerá inmóvil. Actualmente, al menos en el corto plazo, no deberíamos preocuparnos por el alto nivel en el que se encuentra la tasa de prestamos interbancarios, la tasa LIBOR (London InterBank Offered Rate), ya que los bancos centrales y la FED están actuando como prestamistas de los bancos comerciales, pero en el largo plazo, es indispensable que la LIBOR se vuelva a ubicar de manera estable en los niveles del 2,5% - 3% para permitir la recirculación del dinero entre los bancos. Toda esta emisión de dinero tendrá sus consecuencias en los próximos años si no se toma una política responsable para ubicar su cotización en valores que no produzcan variaciones en los precios de los bienes de manera tal que deriven en una nueva crisis producto de una hiperinflación.
Haciendo un análisis sobre la moneda norteamericana en Latinoamérica, se podría decir que casi todos los países parecen encontrar atractivo el U$S en tiempos en los que se avecina una crisis. Ante el cimbronazo en la economía mundial, la reacción de los habitantes es unánime y hasta parece en cierta forma coordinada: TODOS ENCUENTRAN COMO SOLUCIÓN COMPRAR U$S. Desde México hasta Argentina, pasando por Colombia y Brasil, sufrieron de este síndrome de “dolarización” que padece hoy la región. Los bancos centrales tuvieron que salir a sacrificar reservas para mantener su moneda local a un precio en relación al U$S que sea económicamente viable; y que no se desate una inflación descontrolada que erosione de manera acelerada el poder de consumo de sus habitantes. Algunos, como es el caso de Brasil, parece que tuvieran controlado este defasaje del tipo de cambio: su gran colchón de reservas y su cintura en materia de política económica, parecerían ser suficientes, al menos en el corto plazo. Otros, como Argentina, enfrentan una batalla aún mas dura. Su esfuerzo para mantener el tipo de cambio en los limites deseados por el poder ejecutivo, puede llevarlo a sufrir un desencaje demasiado sensible de sus reservas en tiempos que, se va a necesitar de cada centavo recaudado en el pasado para hacer frente a la contracción mundial económica. Esto es resultado de una deficiente política económica y de la inexistencia de una política de relaciones exteriores. El ofrecimiento para la cancelación de los HOLDOUTS hubiera sido oportuna si se contara con al menos 50.000 Millones de reservas probadas y un ingreso constate y no amenazado de divisas al Banco Central. Esta claro que ante la situación que se avecina, el ofrecimiento va a quedar en la nada. Por lo que ahora no solo somos malos pagadores e irresponsables con nuestros deudores, sino que también les ofrecemos pagarles para que, en un lapso menor a un mes, desnudemos nuestra falta de previsión e idoneidad saliendo a estatizar las AFJP para poder recaudar unos U$S 1000 Millones extras por mes con el fin de intentar capear el temporal que se avecina. Lamentablemente así nos ven ahora en todo el mundo: irresponsables e inoportunos, dos adjetivos calificativos que pesan mucho a la hora de decidir a quien se toma por aliado en los momentos difíciles.
Es sabido que Argentina vive bajo el estigma de la profecía autocumplida: cuando se avecinan tiempos difíciles, se hace todo lo posible para que no solo se hagan realidad, sino también que sean aún mas complicados. Ahora, como si fuera poco, parece ser que este síndrome se expande a todo Latinoamérica. La principal fuente de ingresos de los países subdesarrollados, y de los que componen en gran parte el G20, son en su mayoría las famosas commodities. Es de público conocimiento también, que el precio de las commodities, al estar expresado en U$S posee una correlación casi perfectamente inversa (-1) a las fluctuaciones en el precio de esta moneda. Dicho esto, cabe hacer el siguiente análisis: Si cada vez que sube el precio del U$S, el precio de los bienes que producen el mayor ingreso del país baja, porque nos empeñamos en hacer que esto ocurra? Una persona idónea puede pensar: La baja en los bienes de consumo de primera necesidad como son las commodities, producirá una baja en el precio de los productos con valor agregado que llegan a los habitantes. Ahora, si bien parte de esto debería ser verdad, se debe analizar mas profundamente la situación. Un escenario en el que los precios bajen a nivel mundial sería ideal salvo por un pequeño inconveniente: En el país no se cuentan con todos los materiales necesarios para la producción de los bienes. Muchas veces se recurre a la importación de algunos insumos para poder proceder con la fabricación de los productos. De la misma manera, se recurre a la exportación del sobrante de la producción cuando la capacidad instalada y los recursos, superan a la demanda interna del producto. Hasta acá parecería sencillo y hasta factible que la ecuación se iguale, por un lado vendo lo que me sobra para que de esta forma, tenga el dinero que necesito para comprar lo que me falta. Ahora, que pasa con estos bienes si su precio para la exportación aumenta? y si la cantidad que me demandan del exterior disminuye por este fenómeno? Cuando un país esta tan atado a dichos productos la respuesta es simple: CAOS.
El primer problema surge de que las commodities se compran y venden en U$S mientras que los productos que surgen de ellas se comercializan en la moneda local del país, a menudo devaluada frente al U$S. Dicho en otras palabras, estamos produciendo un incremento sistemático del precio de la materia prima, aumentando el precio de los productos finales haciendo que cada vez valga menos el dinero que tenemos y por ende podamos comprar menos bienes.
El segundo lugar, este precio no depende solo de la oferta y la demanda, sino que también posee una cuota de especulación. Para tener una especie de control sobre estos bienes que son tan importantes para las economías, dado que su demanda se hace en grandes cantidades y debido a que su proceso de producción conlleva una considerable demora, las commodities se transan a futuro. Que quiere decir esto? que se compran y se venden con un plazo de al menos un mes de anticipación. Por lo que de esta manera, mediante el pago de una prima, se fija el precio de venta y se produce una especie de seguro contra el entorno cambiante en que se mueve la economía global. Ocurre que este sistema puede transformarse en un arma de doble filo. Si ponemos como condición que el precio siempre se mueve en una sola dirección, hacia arriba, no habría ningún problema. Ahora, que pasa si llegado el momento de honrar un contrato por el cual yo pagué una prima dos meses atrás fijando el precio de venta en U$S 10 la TN, el precio de la TN se encuentra en U$S 7? Mi transacción brillante por la cual me había asegurado obtener ganancias en el futuro, se transformó en un evento que me producirá una perdida considerable en mi empresa. Si esto ocurriera, mi opción sería no honrar el contrato, perder lo que pagué de prima y salir a comprar la producción inicialmente pactada en el mercado a los precios de hoy, pero como ya dijimos antes, los pedidos se realizan con meses de anticipación. De no absorber esa pérdida, corro el riesgo de estar sin material para la producción por al menos un mes produciendo un efecto aún mas grave en la empresa.
En tercer y ultimo lugar, se da lo que quizás es el fenómeno mas importante dentro de este proceso: EN EL MUNDO, LOS RECURSOS CON LOS QUE SE CUENTA Y LA CAPACIDAD INSTALADA PARA PROCESARLOS SON ESCASOS. Que quiere decir esto? Simplemente que no hay suficientes recursos en el mundo para satisfacer las necesidades de los 6.625 millones de habitantes que hoy lo habitan. Imaginen que el precio del barril de petroleo llegara a los 5 U$S y el precio de la tonelada de trigo fuera de 1 U$S, estaríamos ante una situación que prácticamente permitiría eliminar el hambre en el mundo. Ahora, cuantas toneladas de trigo, espacio para plantarlas y refinerías para procesar la cantidad necesaria de barriles de petroleo para transportarlas, se necesitarían si se decidiera llevar a cabo una producción que permita satisfacer las necesidades de todo el mundo? Cuanto se tendría que dejar de producir para destinar los recursos a la producción de estos productos?Simplemente no alcanzaría el total del output que hay hoy en día de estos materiales, ni aún sumando el de los próximos 10 años, para llevar a cabo este emprendimiento. Habría que dedicarle millones de hectáreas para plantar el trigo, miles de millones de U$S para construir refinerías y otros tantos más para construir los medios de transporte necesarios para distribuirlos. Esta es la razón por la cual el precio de los bienes varía en relación no solo de su demanda y la especulación, sino también por el costo que tiene tenerlos a su disposición en el momento y el lugar requerido.
El mundo se encuentra hoy en una situación que difícilmente tenga una solución en el corto plazo. Solo la cooperación entre las principales potencias (el grupo del G7), y el soporte por parte de los países emergentes con políticas de largo plazos y de apoyo a la economía, se hará posible una salida de este torbellino en el que entramos a fines del 2006 y principio del 2007. Si bien mucho del daño hecho por la crisis ya se ve reflejado en el precio de algunos bienes, la constante contracción de la economía puede producir un efecto que impacte de manera cruzada a los bienes ya devaluados. Aún consiguiendo superar la crisis actual, en el largo plazo aparece la amenaza de una hiperinflación que derivará en una crisis mucho peor que la actual. Las tasas de interés deben permanecer en los rangos cercanos a cero durante el plazo que sea necesario y volver a subirlas progresivamente junto con el crecimiento. Si se cae en la codicia de intentar aumentar la rentabilidad y el crecimiento de forma acelerada a costa del endeudamiento producto de las bajas tasas, el efecto será una burbuja de endeudamiento que será imposible de controlar. La historia sabe dar cuenta de un fenómeno parecido a éste que tuvo lugar entre el 2003 y el 2005, el cual fue el comienzo de la crisis actual. Es un buen momento para tomar parte de las enseñanzas de Sir. Winston Churchill: “The farther back you can look, the farther forward you are likely to see.” (cuanto mas lejos puedas ver en el pasado, mas lejos es posible que veas en el futuro).
En el corto plazo, la mejor solución sigue siendo la misma receta de siempre: precaución, pero sin olvidarse de que el que no arriesga no gana.
Autor M.H.S.
http://web.me.com/matihs99/IFinance/Home.html

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